La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) enfrenta un dilema que pone en juego la salud de los cartagineses. Para la construcción del hospital de Cartago, la disyuntiva es pagar $85 millones más del precio original o atrasar el proceso al menos 16 meses.
La empresa Promotora y Desarrolladora Mexicana de Infraestructura S.A. de C.V. retiró su oferta el pasado 19 de setiembre debido a la incertidumbre sobre el terreno y el clima político en torno a la construcción. Dicha compañía había ofertado la obra por $314 millones.
Debido a que la Junta Directiva de la CCSS declaró insubsistente el contrato con la empresa mexicana, se habilitó la opción de readjudicar en un plazo máximo de 30 días hábiles, según el artículo 199 del Reglamento a la Ley de Contratación Administrativa.
Con esta opción, el órgano colegiado podría adjudicar el proyecto a la segunda mejor oferta, presentada por la empresa Van Der Laat y Jiménez, cuyo monto asciende a $398 millones, es decir, $85 millones más que el precio inicial.
Van Der Laat y Jiménez presentó un recurso de apelación ante la Contraloría General de la República (CGR) contra el acto de adjudicación, argumentando que la oferta de la empresa mexicana era demasiado baja y, por ello, consideraban su precio “irrazonable”.
El camino más rápido para la construcción del hospital es la readjudicación a otra empresa. Sin embargo, Mónica Taylor, presidenta ejecutiva de la CCSS, ha expresado dudas sobre el precio. La Gerencia Financiera de la CCSS indicó a los directivos que la institución cuenta con los recursos para pagar los $398 millones a Van Der Laat y Jiménez.
Uno de los temas que más me preocupa es la razonabilidad de los precios y la disponibilidad presupuestaria. Precisamente, viendo este panorama, una diferencia de $80 millones obviamente no es poca cosa. Ni siquiera hemos analizado a fondo por qué una diferencia tan determinante, como lo es casi $80 millones, implicaría que nosotros, como administración activa, tomemos una decisión.
Son dos temas distintos: una cosa es la razonabilidad del precio de la oferta en segundo lugar, cuya diferencia con la adjudicación original es de $80 millones, y otra es la disponibilidad presupuestaria con la que contamos, cuestionó Taylor.
¿Qué pasa si no se readjudica el contrato?
Si los directivos deciden no optar por la readjudicación, Jorge Granados, gerente de Infraestructura y Tecnología de la CCSS, explicó que se tendría que empezar el proceso licitatorio desde cero.
El plazo licitatorio estimado para un proyecto como el de Cartago puede tardar cerca de 16 meses en caso de que hubiera recursos de apelación, aseguró Granados.
Una vez que la CCSS adjudique la obra, ya sea en 25 días hábiles o en 16 meses, se iniciará un proceso de aproximadamente 5 años para que los cartagineses puedan contar con un hospital que reúna las condiciones necesarias.
Según Granados, luego de la adjudicación hay un plazo de 10 días hábiles para que las demás empresas presenten apelaciones ante la CGR, aunque este proceso podría no darse. Si no se presentan apelaciones, la adjudicación queda en firme y se procede a la formalización del contrato.
Ese contrato debe ir a refrendo en la Contraloría. La CGR tiene un plazo para revisar los contratos, en el cual puede solicitar modificaciones o información adicional. Una vez otorgado el refrendo, nosotros damos la orden de inicio a la empresa, pero esto no significa el inicio inmediato de la obra, explicó Granados cuando se adjudicó el contrato a la empresa mexicana en mayo de 2024.
Luego, la empresa contará con 25 semanas para elaborar los planos constructivos y, aproximadamente 3 meses después, la CCSS los aprobará. En dicho periodo, la institución puede solicitar cambios.
Otro paso crucial es obtener los permisos de construcción ante el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), la Dirección de Edificaciones Nacionales y el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica.
La obtención de estos permisos podría tardar entre cinco y seis meses, un factor que no depende ni de la empresa ni de la CCSS. Una vez aprobados, iniciará la construcción, que según el cartel, tomará dos años y medio.
Después de esos dos años y medio, la empresa entregará la obra, y comenzará un proceso de revisión y recepción del hospital. Se verificará que todo esté en regla, que los sistemas y equipos funcionen correctamente, se realizarán capacitaciones y se entregarán los activos. Este proceso, para un edificio como el hospital de Cartago, podría tardar entre tres y cuatro meses, explicó Granados.
Una vez en firme la adjudicación, el gerente calcula que podrían transcurrir entre cuatro años y medio y cinco años para que el hospital entre en operación.
Sin embargo, hay factores que podrían retrasar la obra, como la emisión de permisos, la entrega de planos o solicitudes de prórroga por parte de la empresa adjudicataria.
A las empresas, por días de lluvia, cuando llueve más de lo normal, se les otorgan días adicionales, lo que puede retrasar el proyecto. Ese plazo dependerá de muchos factores que no son necesariamente institucionales, concluyó Granados.
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Ambar Segura